Si hay algo que tenemos en Castilla y León, eso son pueblos y cientos de kilómetros de carreteras comarcales que los convierten en la ruta y el destino perfectos para una mañana de moto con amigos.
Nueve provincias, unas 90 comarcas históricas —cada una con su gastronomía y sus costumbres—, 2.248 municipios (incluyendo las capitales de provincia), más de 500 castillos —de los cuales cerca de 50 son visitables y suponen un importante atractivo turístico—. Cientos de hectáreas de cereal, viñedo, dehesa y monte.
Pueblos con arquitectura medieval y, sobre todo, miles de restaurantes, asadores y casas de comidas. Que ya sabemos cómo debe acabar toda ruta que se precie.
De todo eso, yo me he propuesto elegir solo 20 pueblos que te recomiendo visitar. Y sí, lo sé: es una gran responsabilidad, porque inevitablemente voy a dejar fuera a más de 2.000 localidades que también lo merecen.
Si vienes desde Madrid, La Rioja, Extremadura, Castilla-La Mancha, Euskadi, Cantabria, Galicia, cualquier rincón de Castilla y León o incluso desde más lejos con tus colegas para hacer una ruta de fin de semana en moto, te prometo que no te vas a arrepentir: los paisajes que vais a ver y cómo vais a comer valen cada kilómetro.
Arrancamos.
1. Cacabelos (León, El Bierzo)
Ubicado en pleno Camino de Santiago, Cacabelos es uno de esos pueblos que te recibe con los brazos abiertos y aroma a vino del Bierzo. El río Cúa cruza el corazón del pueblo y lo convierte en un sitio amable, con puentes y paseos muy agradables. Si te das una vuelta, no dejes de visitar el Museo Arqueológico, el puente romano y la Iglesia de Santa María.
Y hablando de sabores: si hay algo que no puedes perderte es el botillo del Bierzo, una bomba deliciosa que puedes disfrutar en Casa Gelo o en El Apóstol, acompañado de un mencía de la zona. Aunque lo típico es ir al Palacio de Canedo de Prada a Tope, justo al lado de Cacabelos.
Para completar la visita, acércate en moto a Villafranca del Bierzo, que está a apenas 10 minutos. Tiene una colegiata impresionante, casonas señoriales y una historia rica.
La carretera que conecta Cacabelos con Ponferrada o Villafranca es cómoda y fluida, con tramos de viñedos y asfalto en buen estado.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️ (2.0)
2. Castrillo de los Polvazares (León, La Maragatería)
Este pueblo parece detenido en el tiempo. Sus calles empedradas, casas de piedra rojiza y aire señorial te transportan a otra época. Es un lugar pequeño, pero de los que se quedan en la memoria. Aquí la tradición es religión, y el cocido maragato es el plato estrella, que se sirve al revés: primero las carnes. No dejes de probarlo en Cuca la Vaina o en el Restaurante Coscolo.
A solo unos minutos tienes Astorga, una joya monumental con una catedral magnífica y el impresionante Palacio Episcopal diseñado por Gaudí.
La carretera de acceso desde Astorga es corta, pero hay que tener cuidado con los tramos empedrados al llegar al pueblo.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️ (2.0)
3. Puebla de Sanabria (Zamora, Sanabria)
Una joya medieval en lo alto de una colina y con vistas al espectacular Lago de Sanabria. Calles adoquinadas, balcones floridos y un castillo que domina el paisaje. No te pierdas la iglesia de Santa María del Azogue y el paseo hasta el castillo.
En cuanto a gastronomía, la trucha sanabresa o un buen chuletón de ternera te esperan en restaurantes como Mesón Abelardo o Casa Paca.
A muy pocos kilómetros tienes San Martín de Castañeda, con vistas sobre el lago que te van a quitar el aliento.
El acceso desde la A-52 está bien asfaltado, aunque con curvas a medida que te acercas. Es una carretera de montaña suave, muy disfrutable.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️⭐️ (3.0)
4. Fermoselle (Zamora, Sayago – Arribes zamoranos)
Fermoselle es un secreto bien guardado, en plena frontera con Portugal, colgado sobre los cañones del Duero. Pasear por sus calles empinadas y visitar alguna de sus muchas bodegas subterráneas es obligatorio.
En cuanto a gastronomía, tienes que probar el bacalao a la tranca, los embutidos locales y los vinos de la DO Arribes. Restaurante España y Las Eras son apuestas seguras.
Desde aquí puedes acercarte a los pueblos arribeños de Salamanca, para contemplar los paisajes ya cercanos a la presa de Aldeadávila, nuestra siguiente parada. Aunque la carretera directa es más divertida por sus curvas (también peor conservada), te recomiendo ir hacia atrás y bajar hacia Salamanca por la presa de Almendra y admirar esa obra de la ingeniería civil.
La carretera es estrecha en algunos tramos, pero el paisaje compensa. Algunas curvas, pero en general accesible.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️⭐️ (3.0)
5. Aldeadávila de la Ribera (Salamanca, Las Arribes del Duero)
Este pueblo es perfecto para los que buscan contacto directo con la naturaleza. El mirador del Fraile o el del Picón de Felipe ofrecen vistas espectaculares del Duero. Y la presa de Aldeadávila, una de las más impresionantes de Europa, te dejará sin palabras.
En el restaurante El Paraíso de las Arribes puedes probar platos como el cabrito al horno, el hornazo, la jeta o el típico farinato.
Muy cerca tienes Vilvestre o Mieza, dos pueblos ideales para seguir explorando desde sus espectaculares miradores, las Arribes (que no los Arribes, que son de Zamora).
Las carreteras son sinuosas, con muchas curvas pero buen firme. Ideal para disfrutar con calma.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️⭐️ (3.0)
6. Candelario (Salamanca, Sierra de Béjar)
Si hay un pueblo con encanto serrano, ese es Candelario. Calles empedradas, casas con canalones de madera y vistas impresionantes a la sierra. Todo parece sacado de una postal.
Aquí lo suyo es probar la chacina serrana, el jamón y las carnes de la zona, especialmente en sitios como El Ruedo.
Una escapada cercana es Béjar, con su muralla medieval y la antigua fábrica textil.
Carretera de montaña suave, con curvas agradables y paisajes espectaculares.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️⭐️ (3.0)
7. Ampudia (Palencia, Tierra de Campos)
Ampudia tiene un aire medieval inconfundible. Su castillo perfectamente conservado, sus soportales de madera y la colegiata hacen de este pueblo uno de los más fotogénicos de Castilla.
Para comer, pásate por El Arambol o La Casa del Abad, donde podrás probar platos de caza y cocina tradicional palentina.
Un buen desvío es Fuentes de Nava, donde puedes visitar la laguna de La Nava y su centro de interpretación de aves.
Accesos cómodos desde Palencia, carretera amplia y sin complicaciones.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️ (2.0)
8. Aguilar de Campoo (Palencia, Montaña Palentina)
Capital de la galleta, Aguilar es también un enclave histórico con su castillo en ruinas, conventos, y un ambiente muy animado.
No te vayas sin visitar el Monasterio de Santa María la Real, y para comer, elige entre los clásicos Las Baronas o El Molino de Floren.
Desde aquí, una buena escapada es a Cervera de Pisuerga, entre montañas y naturaleza.
La N-611 y la CL-626 ofrecen buen asfalto y curvas amplias.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️ (2.0)
9. Frómista (Palencia, Tierra de Campos)
Este pueblo es un hito del Camino de Santiago, gracias a su joya románica: la iglesia de San Martín. Aquí el ritmo es tranquilo, ideal para saborear la historia.
Para comer, pásate por Estrella del Bajo Carrión, donde la cocina castellana brilla.
Si te apetece una ruta corta, acércate a Carrión de los Condes, lleno de historia jacobea.
Las carreteras son rectas, abiertas y fáciles. Perfecto para ir relajado.
Nivel de dificultad: ⭐️ (1.0)
10. Tiedra (Valladolid, Tierra de Campos)
Un pequeño pueblo con mucha historia y un castillo que vigila el horizonte de campos infinitos. También destaca su centro astronómico y su campo de lavanda en temporada.
En La Casona de Tiedra o La Olma, puedes comer platos tradicionales con un toque casero.
Una escapada cercana es Toro, con su colegiata y su vino con carácter.
Accesos llanos, sin complicaciones, todo muy fluido.
Nivel de dificultad: ⭐️ (1.0)
11. Urueña (Valladolid, Tierra de Campos)
Urueña es mucho más que un bonito pueblo amurallado. Es la Villa del Libro, un rincón cultural donde las librerías, museos y murallas conviven en un entorno tranquilo y muy inspirador. Desde lo alto de sus murallas se dominan los campos de Castilla en todo su esplendor.
A la hora de comer, elige entre las opciones de cocina tradicional como El Molino de Urueña, donde el lechazo y los postres caseros son garantía de éxito.
Si quieres estirar un poco más la ruta, Tiedra está a un paso, y en temporada de lavanda, es parada obligatoria.
Acceso directo y sencillo desde la autovía A-6. Rectas amplias y buen firme.
Nivel de dificultad: ⭐️ (1.0)
12. Peñafiel (Valladolid, Ribera del Duero)
El castillo de Peñafiel en lo alto de una colina es una de las estampas más icónicas de Castilla y León. Hoy alberga el Museo del Vino, y es visita obligada. El pueblo tiene vida, historia, y una pasión por el vino que se nota en cada rincón.
Para comer, lo típico es un lechazo asado en horno de leña. Puedes reservar en Asados Mauro o en Casa José María, dos templos del cordero.
Desde Peñafiel puedes acercarte a Curiel de Duero, con otro castillo y ambiente rural auténtico.
Carreteras bien asfaltadas, suaves, con alguna curva amplia entre viñedos. Muy agradable.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️ (2.0)
13. Covarrubias (Burgos, Arlanza)
Este pueblo conserva como pocos la esencia medieval. Calles empedradas, casas entramadas, y un entorno lleno de historia. La Colegiata de San Cosme y San Damián, el torreón de Fernán González y su aire noble lo convierten en un imprescindible.
Para llenar el estómago, te recomiendo Casa Galín, donde la morcilla de Burgos, el cordero y los guisos tradicionales están de escándalo.
Desde aquí, en apenas 15 minutos, llegas a Santo Domingo de Silos, otro enclave histórico único con su monasterio y su botica.
La BU-901 es una delicia para la moto: curvas suaves, buen asfalto y paisaje de robles y viñedos.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️⭐️ (3.0)
14. Lerma (Burgos, Arlanza)
Lerma impone con su majestuoso Palacio Ducal, hoy Parador Nacional. Su plaza mayor es una de las más grandes de España y el casco antiguo está lleno de rincones que te transportan al Siglo de Oro.
Para comer, un buen lechazo asado es apuesta segura. En Asador Casa Antón o Casa Brigante lo clavan.
Si tienes ganas de seguir ruta, Covarrubias está a 15 minutos, formando con Silos y Lerma el famoso “Triángulo del Arlanza”.
Accesos por autovía desde Burgos, pero si te desvías por la BU-900 encuentras carreteras más curvas y paisajísticas.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️ (2.0)
15. San Esteban de Gormaz (Soria, Ribera del Duero soriana)
Un pueblo que fue cruce de caminos en la Edad Media, y que hoy conserva ese aire castellano entre iglesias románicas y bodegas excavadas en la roca. La de San Miguel es una joya del románico rural.
En cuanto a comida, la trufa negra y los torreznos son protagonistas. Puedes disfrutar de un menú con producto local en Restaurante El Bomba o Virrey Palafox.
Cerca queda El Burgo de Osma, con una catedral impresionante y mucho patrimonio.
La N-122 está en buen estado, y las carreteras secundarias permiten una conducción tranquila entre viñedos.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️ (2.0)
16. Berlanga de Duero (Soria, Tierra de Berlanga)
Un castillo poderoso, una colegiata monumental y calles silenciosas que invitan a la reflexión. Berlanga es perfecta para los que buscan historia sin multitudes.
Aquí es imprescindible probar la mantequilla de Soria, el cabrito o unas buenas setas en temporada. El Hotel Rural Los Villares ofrece una excelente opción gastronómica.
A pocos kilómetros está la Ermita de San Baudelio, uno de los secretos mejor guardados del románico hispano.
El acceso por la SO-152 es fácil, sin apenas tráfico. Ideal para ir relajado.
Nivel de dificultad: ⭐️ (1.5)
17. Pedraza (Segovia, Nordeste de Segovia)
Uno de los pueblos medievales más bonitos de España, completamente amurallado y con una plaza empedrada que te deja con la boca abierta. El castillo, la cárcel medieval y cada rincón del casco histórico merecen una pausa larga.
En El Soportal o La Olma, puedes probar un cordero asado como manda la tradición.
Cerca queda Sepúlveda, con su parque natural de las Hoces del Duratón y vistas de vértigo.
El acceso desde la N-110 tiene algunas curvas, pero es cómodo y bien señalizado.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️ (2.5)
18. Coca (Segovia, Tierra de Pinares)
Famosa por su castillo de ladrillo mudéjar, uno de los más espectaculares de España. El paseo por el pinar, el recinto amurallado y las antiguas calzadas romanas hacen de Coca una parada única.
Para comer, ve a La Muralla o El Castillo, donde puedes pedir cochinillo o platos con piñones, típicos de la zona.
Si quieres seguir la ruta, Olmedo queda muy cerca y su parque temático del Mudéjar es curioso y relajante.
La carretera CL-602 es ancha y recta. Muy fácil.
Nivel de dificultad: ⭐️ (1.0)
19. Candeleda (Ávila, Valle del Tiétar)
Candeleda es verde, fresca y con un microclima especial gracias a la Sierra de Gredos. Aquí el paseo por el casco antiguo, la visita al Castro Celta del Raso y un baño en sus gargantas son obligatorios.
La cabra verata es el plato estrella. En Casa Pepe o Mesón Jara, la preparan con mimo y sabor.
Desde aquí puedes hacer una escapada a Arenas de San Pedro, donde el Castillo de la Triste Condesa y el ambiente de sierra son un plus.
Carretera de montaña con curvas, pero bien asfaltada y muy entretenida.
Nivel de dificultad: ⭐️⭐️⭐️ (3.0)
20. Madrigal de las Altas Torres (Ávila, La Moraña)
Pueblo de historia densa, cuna de Isabel la Católica, con una muralla perfectamente conservada y un aire sobrio y castellano. Ideal para los amantes del turismo histórico.
A la hora de comer, pásate por El Rincón de Madrigal, donde sirven platos tradicionales con mucho mimo.
Muy cerca tienes Arévalo, otra joya mudéjar que merece la visita.
Carreteras llanas y rectas, sin apenas curvas. Paseo total.
Nivel de dificultad: ⭐️ (1.0)
Como puedes comprobar, es imposible hacer una lista con justicia si queremos sacar solamente 20 destinos, pero creo que he acertado y si te decides a venir a rodar a Castilla y León no te vas a arrepentir con ninguno de estos lugares.
Recorrer Castilla y León en moto es un ejercicio de libertad, pero también de descubrimiento. Esta tierra no se acaba en los veinte pueblos que hemos elegido —por bonitos, históricos o espectaculares que sean—. Porque cada desvío, cada cruce y cada carretera secundaria esconde otra historia, otro paisaje, otra parada inesperada que merece la pena.
Nos dejamos fuera joyas como Astorga, con su Palacio de Gaudí; Saldaña, con sus villas romanas; Calatañazor, donde el tiempo parece haberse detenido; Toro, en la cumbre de la DO que lleva su nombre; o Mogarraz, colgado en la Sierra de Francia y lleno de retratos que miran desde las fachadas. Y si te apasiona la montaña, hay tramos en Boca de Huérgano, La Alberca o Valdeón que te pondrán la piel de gallina.
Guía rápida para preparar tu ruta en moto por Castilla y León
- Combina lo turístico con lo gastronómico: un castillo y un buen asado pueden ser el binomio perfecto.
- Evita las prisas: la magia está en parar, en bajarse del casco y dejar que el pueblo te hable.
- Consulta la previsión del tiempo, sobre todo en zonas de sierra: en Gredos o Sanabria, una nube cambia el plan.
- Apuesta por carreteras secundarias: son más lentas, pero infinitamente más bellas.
- Lleva efectivo, porque no todos los pueblos tienen datáfono.
- Respeta el entorno: no hay prisa que justifique pasar sin mirar, sin cuidar.
Castilla y León es tierra de horizontes, de silencio, de atardeceres largos y rectas infinitas. Pero también es tierra de curvas con historia, de sierras que retan y de pueblos que esperan con la mesa puesta. Así que ya sabes: ajusta el casco, enciende el motor y sal a buscar tu propia lista de pueblos. Porque la mejor ruta, muchas veces, es la que no planeas.
Si ya has hecho alguna ruta a estos pueblos o planeas hacerla, déjame tu comentario con tus impresiones y tu experiencia.
Bienvenidos a mi tierra. Nos vemos en la carretera. 🏍️


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