Las 10 rutas moteras más míticas de España

Jaime

Actualizado: 1 de abril de 2025

Jaime

Abr 1, 2025 | 0 Comentarios

benelli 702

España es un auténtico paraíso para los moteros: carreteras que quitan el hipo, paisajes que te obligan a parar cada dos por tres a sacar fotos, y esa sensación de libertad que solo se entiende cuando el viento te golpea el casco y la moto ronronea bajo ti. Si tienes la máquina lista y las ganas a tope, aquí tienes las 10 rutas más míticas entre los moteros españoles.
¡Coge el casco, revisa la presión de neumáticos y prepárate para darle gas!

1. Transpirenaica: la reina de las rutas

Dificultad: 5/5
Imagina 930 kilómetros de pura emoción cruzando los Pirineos de este a oeste, desde el Cabo de Creus (Girona) hasta Hondarribia (Guipúzcoa). Carreteras llenas de curvas, puertos de montaña, bosques espesos y pueblos con encanto como Vielha, Aínsa o Roncesvalles.
Cada tramo es una postal distinta: el azul del Mediterráneo, los verdes intensos del Pirineo navarro, los lagos, los túneles naturales…
Lo ideal es dividirla en 5 o 6 etapas, dormir en refugios o pueblecitos de montaña y disfrutar sin prisas. Una ruta exigente, pero absolutamente inolvidable. ¿Te atreves con la madre de todas las rutas moteras?

2. Vía de la Plata: de norte a sur con historia

Dificultad: 3/5
De Gijón a Sevilla, unos 1.000 km siguiendo la antigua calzada romana que unía Hispania de punta a punta.
Atravesarás León, Salamanca, Cáceres y Mérida, ciudades cargadas de historia, buena comida y asfalto variado: rectas que relajan y tramos de montaña que te sacan una sonrisa curva tras curva.
Es una ruta perfecta para los que disfrutan tanto del viaje como de las paradas: ruinas romanas, tapeo, cultura y paisajes cambiantes desde la meseta al sur andaluz. Un viaje por la historia… pero con tu moto como máquina del tiempo moderna.

3. Picos de Europa: curvas y naturaleza a saco

Dificultad: 4/5
Si lo tuyo son las curvas, los paisajes imposibles y el olor a montaña, esta es tu ruta.
Un bucle de unos 200 km que une Riaño, Potes y Cangas de Onís, pasando por el mítico Puerto de San Glorio y los espectaculares Lagos de Covadonga.
Desfiladeros como el de La Hermida te dejarán con la boca abierta. Aquí la moto se convierte en tu aliada para explorar uno de los rincones más salvajes del norte. Ideal para un fin de semana intenso y lleno de adrenalina… y de curvas, muchas curvas.

4. Sierra de Guadarrama: el patio trasero de Madrid

Dificultad: 2/5
A solo una hora de la capital tienes un paraíso de curvas y vistas.
Desde Madrid a Segovia, unos 150 km de pura diversión pasando por Navacerrada, Cotos y el puerto de la Morcuera.
Carretera limpia, buen asfalto y muchas zonas para parar a tomar algo mientras contemplas las montañas.
Perfecta para una escapada rápida si vives en la capi: subes, disfrutas del fresquito de la sierra… y terminas el día con un cochinillo segoviano. Una ruta corta, pero imprescindible.

5. La Alpujarra: el secreto mejor guardado de Granada

Dificultad: 3/5
Una ruta circular de 150 a 200 km desde Granada pasando por Lanjarón, Pampaneira, Capileira y Trevélez, el pueblo más alto de España.
Carreteras estrechas pero encantadoras, pueblos blancos colgados de la montaña y el contraste del verde de Sierra Nevada con el cielo azul andaluz.
Si te animas, puedes subir hacia la carretera de Sierra Nevada y tocar las nubes. Una ruta para ir despacio, disfrutar del paisaje y acabar con unas tapas mirando al Mediterráneo. Magia pura sobre dos ruedas.

6. Costa da Morte: Galicia en estado salvaje

Dificultad: 3/5
Desde Arteixo hasta Finisterre, unos 225 km de carretera frente al océano Atlántico.
Aquí la naturaleza manda: acantilados impresionantes, faros solitarios, el rugido del mar y pueblos marineros como Muxía, Camariñas o Laxe.
El aire huele a sal, la carretera serpentea entre eucaliptos y los atardeceres son de los que se te quedan grabados.
Una ruta para quienes buscan libertad y desconexión total. Galicia sin filtros.

7. Ruta del Cantábrico: mar y montaña a partes iguales

Dificultad: 4/5
De San Sebastián a Santiago de Compostela, entre 600 y 700 km de pura delicia para los sentidos.
Costa vasca, acantilados cántabros, verdes asturianos y el encanto gallego en un solo viaje.
Pueblos como Zarautz, Llanes, Ribadeo o Viveiro son paradas obligatorias.
El tramo de Zumaia, con sus flysch junto al mar, es uno de esos momentos que te hacen sonreír bajo el casco. Ruta larga, sí, pero cada kilómetro vale oro: el norte en estado puro.

8. Cabo de Gata: el desierto sobre dos ruedas

Dificultad: 1/5
Entre Almería y el faro de Cabo de Gata, unos 70-100 km de paisajes áridos, playas vírgenes y carreteras solitarias.
La AL-3115 te lleva entre dunas y montes rojizos hasta el mar más transparente de Andalucía.
Perfecta para rodar tranquilo, con el sonido del motor y las gaviotas como banda sonora.
Si buscas calma y paisajes que parecen sacados de una película del Oeste, aquí la vas a encontrar. Una escapada corta pero con alma.

9. Serra de Tramuntana: Mallorca al poder

Dificultad: 3/5
La joya del Mediterráneo tiene una carretera que ningún motero debería perderse: la Ma-10, que recorre la Sierra de Tramuntana de norte a sur.
De Valldemossa a Sa Calobra, unos 100 km de montaña, mar y curvas que parecen dibujadas para disfrutar.
El famoso “Nus de sa Corbata”, una curva imposible que se retuerce sobre sí misma, te sacará una sonrisa sí o sí.
Si vas a Mallorca con la moto (o te animas a llevarla en ferry), esta ruta es obligatoria.

10. Ruta del Silencio: Teruel existe (¡y cómo!)

Dificultad: 2/5
Corta, pero espectacular: 63 km por la A-1702 entre Cantavieja y Pitarque, en pleno corazón del Maestrazgo turolense.
El nombre lo dice todo: silencio, naturaleza y paisajes que parecen de otro planeta.
El nacimiento del río Pitarque, los Órganos de Montoro y los barrancos de piedra roja te dejarán sin palabras.
Ideal para quienes buscan paz, curvas y soledad motera. Teruel existe… y enamora.

Estas rutas son el sueño de cualquier motero: unas te retan, otras te relajan, pero todas te enganchan.
Antes de salir, revisa el tiempo y el estado de las carreteras (sobre todo en zonas de montaña) y lleva siempre el depósito lleno… porque nunca sabes cuándo te apetecerá desviarte a descubrir un nuevo rincón.

Y ahora dime: ¿cuál te llama más?
¡Nos marcamos un plan en dos ruedas y a disfrutar del asfalto!

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